martes, 4 de junio de 2013

Lo que leo aquí son las palabras de una yo que vivió hace un año y medio. Me río de las cosas que decía, lo que pensaba y lo que hacía. Me siento orgullosa de mí misma. Era una persona tan relajada, divertida, amigable, sonriente.

Lo sigo siendo, pero mis opiniones han cambiado. Te veo, Baki, y te recuerdo, pero me he despedido de ti hace mucho tiempo.

Quiero que sepas que has cambiado mucho. ¿Recuerdas que esperabas a una persona especial? Llegó, Baki, y no fue lo que esperabas. Es maravillosa, hermosa, inteligente, pero ajena y está herida. Saliste lastimada de muchas maneras, perdiste control de ti misma, te obsesionaste, te maltrataste mucho psicológicamente, pero nunca perdiste las ganas de sonreír y disfrutar de todas tus experiencias como buenas enseñanzas.

Bakira, has sufrido mucho. No es fácil ser lo que somos, menos cuando nos enamoramos y nos sentimos indeseadas. Quiero que sepas que lo lograste, seguiste adelante, y estás sanando. A tu manera, pero lo estás haciendo.

Te amo, Bakira. Siempre te recordaré. Eres mi orgullo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El Conde de Montecristo

No hay palabras para describir el enorme impacto que este libro tuvo en mí. Desde el momento en que leí las primeras líneas hasta el momento en que cerré el libro quizás no por última vez, cada palabra escrita, cada mensaje, detalle y diálogo narrados me cautivaron desmesuradamente. He sido conmovida hasta llegar al punto en que me encuentro sobrante de sentimientos pero escaza de palabras para expresarlos. 

¿Cómo explicar al lector estos sentimentos? ¿Cómo se describe un color a un ciego de nacimiento? Es díficil, complicado, casi imposible. Incluso aquéllos lectores que han tenido el placer de leer esta obra de arte fallarían al tratar de comprender la profundidad que ésta alcanzó en mí.

Trama, personajes, narrativa... lo único de lo que podría carecer esta novela es de defectos. Dumas nos sumerge en un mundo realista, visto desde los ojos de un hombre que por obra de la envidia y la ambición sufrió una metamorfosis increíble. El joven Edmundo Dantés pasó de ser un joven alegre, afortunado y feliz al cruel Conde de Montecristo, hombre frío y calculador. ¿Tienen idea de lo impactante que fue el leer todo el proceso de cambio que experimentó el pobre Edmundo? Me sentí lastimada al verlo lastimado; sentí su rencor, dirigido a los que robaron su felicidad y su amor; sentí su tristeza al descubrir que su padre había fallecido. En pocas palabras, cada emoción que transmitía el personaje yo la sentía en carne propia. Me involucré tanto con el libro que casi me olvido de que el mundo en el que me encontraba era una mera fantasía. Y créanme cuando les digo que sufrí al terminar de leerlo y levantar la vista para encontrar las paredes de mi cuarto y no el barco del Conde navegando en el horizonte.

No puedo decir más de este libro. Si cuento demasiado, me arriesgo a arruinar la mejor parte de la novela a aquéllos que no la han leído y sienten deseos de hacerlo. Sin embargo, tengo la sensación de que no he expresado con suficiencia el amor que esta novela inspiró en mí. Por esta razón, voy a arriesgarme a decir una última cosa: Si alguien alguna vez llegara a preguntarme cuál fue el momento más impactante de la trama para mí, contestaría sin titubear que fue aquél en que el Conde susurraba estas palabras:

"Fui un insensato al no arrancarme el corazón cuando decidí vengarme." 

martes, 25 de octubre de 2011

Sophie's Epic Fails

¡Hola, queridos lectores! En este hermoso día 21 de Octubre, voy a compartir con ustedes las anécdotas de una de mis mejores amigas, Sophie. La pequeña Sophie es una niña normal, un poco desorientada, que tiene un gran sentido del humor. Gracias a esto, ha cometido una serie de errores a lo largo de su vida que mis amigas y yo hemos titulado Sophie's Epic Fails. A continuación, los narraremos en orden descendente. 

  1. FAIL #1:  Mi otro Papá.
    Estaba mi querida Sophie disfrutando de un campamento familiar en el bosque de la Primavera. El campamento, auspiciado por la escuela de su hermano, contaba con múltiples cabañas en las que dormían los invitados. La familia de Sophie se instaló rápidamente en una habitación. Así pues, en la tarde, la madre de Sophie le pidió que fuera al cuarto para pedirle a su padres las llaves del coche, ya que tenían necesidad de sacar el edredón con el que dormirían. Mi querida amiga se dirigió a la habitación alegremente. Cuando entró a la habitación, un bulto dormía plácidamente en la cama, tapado hasta el tope. Sophie confundió este bulto por su figura paterna y comenzó a llamarlo:
    "Papá, ¿dónde están las llaves del coche? Papá, papá, ¡PAPÁ!" mientras buscaba las llaves en la maleta, que no le resultaba conocida. "Papá, tengo frío... ¡Papá! ¿Sabes qué? Olvídalo, ya no las quiero. Gracias, ¿eh?" Y azotó la puerta con furia.
    Cinco minutos después, mientras caminaba por el pasillo, Sophie se encontró con su padre.
    "¿Papá, qué haces aquí? ¿No estabas dormido?"
    "No... Sophie, ¿tu mamá no te dijo que nos cambiamos de cuarto?"
    "¿QUÉ? Noooo... Entonces, ¿a quién desperté?"
    Esa misma noche, mientras Sophie cenaba cómodamente con sus dos amigas, se les acercó un señor con ojeras en los ojos y cara de matón.
    "A ver, niñas, ¿quién de ustedes entró a mi cuarto y me dijo papá preguntando por las llaves del coche?" En ese momento, la pequeña Sophie supo que su vida social había terminado. Pensaba guardar silencio, compostura y algo de dignidad; no obstante, gracias a sus queridísimas y leales amigas, su plan se vino abajo.
    "¡FUE ELLA!" Exclamaron señalándola con el dedo.
  2. FAIL #2: Las malditas maestras se olvidaron de mí.
    Esta anécdota viene en segundo lugar porque no fue culpa de Sophie en su totalidad. Fue simplemente una mala pasada que le hicieron sufrir sus maestras.
    Estaba mi querida amiga Sophie en un paseo escolar al Teletón. Después del respectivo tour y el aburrimiento total, las mandaron a esperar fuera de los baños a que llegara el transporte. Una de las amigas que acompañaba a Sophie quería ir al baño, así que ella y otra amiga decidieorn ir con ella. Mientras ellas disfrutaban de su estadía de cinco estrellas en el baño (So happy together!), se escuchó la voz de Carla:
    "Oye, Sophie, ya no escucho nada en el pasillo..."
    "Sí es cierto... A ver, Marisol, sal a ver." Y así salió Marisol. A los pocos segundos, se escuchó una exclamación exageradamente aguda:
    "¡NO HAY NADIE!"
    "¿QUÉ?" En ese momento, la pequeña Sophie supo que su vida social había vuelto a caer.
    Las tres niñas corrieron frenéticamente por el largo pasillo hacia la salida para encontrar la recepción vacía. Salieron al estacionamiento justo a tiempo para ver a los camiones de transporte pasar frente a sus ojos, abandonándolas en un barrio cholo, indefensas y asustadas. Una de sus amigas comenzó a correr calle abajo detrás del camión, agitando sus manos en el aire y gritando por atención. Sophie y la otra la siguieron, pero el camión dio vuelta en una esquina y las niñas se quedaron estancadas en aquella oscura dimensión chola, sin dinero.
    Sophie, algo más sensata que su amiga anterior, sugirió volver al establecimiento y pedir que se comunicaran con la escuela para rescatarlas.
    "Oye, nuestra escuela nos olvidó." Informó Sophie a la recepcionistas.
    "¿Qué?"
    "Sí.... Bueno, ya ves. ¿Podemos llamar a nuestra escuela?"
    "Sí, claro. Adelante."
    Después de llamar, y de una espera de hora y media, llegó la maestra Lupita con cara de "Malditas-niñas-porqué-me-hacen-esto-me-van-a-despedir-ya-no-voy-a-poder-pagar-las-clases-de-aerobics". Sophie respondió con una mirada de "Ay, no, nos van a regañar."
    Afortunadamente, no hubo regaño, pero la experiencia sirvió de enseñanza para Sophie, que ya nunca volvió a ir al baño en un paseo escolar. 
  3. FAIL #3: Se me olvidó que tenía apellido. Tuve el placer de presenciar la siguiente anécdota. Estábamos Sophie, Oseguera, Bishop y yo jugando una partida de basta, cuando tocó la letra "B". Fui a primera en terminar de llenar los espacios y comencé a contar como es requerido: "Basta uno, basta dos, basta tres..." En fin, mientra contaba, vi a mi querida amiga Sophie sufriendo por encontrar una palabra con B. Terminé de contar y Sophie se frustró. Entonces inició la ronda. Dijimos todos un nombre con B; después, los apellidos:
    "Barocio" dije yo. A mi lado Bishop dijo:
    "Bishop... O sea, el mío, ¡dah! Yo buscando un apellido con B y de pronto me acordé del mío." Sophie, a su lado, experimentó una epifanía. Yo vi su expresión de perdedora  y me eché a reír. En efecto, el apellido de Sophie es con B. Sin embargo,
    "¿Qué apellido pusiste, Sophie?" pregunté. Ella bajó la cabeza.
    "Nada..." Y todos nos carcajeamos con eso.



martes, 18 de octubre de 2011

102 Cosas que quisiera o planeo hacer en mi vida

  1. Comer platillos de África. 
  2. Pescar una bota o una botella. 
  3. Conocer a un personaje ficticio. 
  4. Tener una larga conversación con Albus Percival Bryan Dumbledore.
  5. Leer los primeros tres libros de Harry Potter (ya he leído los últimos cuatro). 
  6. Conocer al Presidente en persona. 
  7. Viajar a Japón y caminar por las calles de Kyoto. 
  8. Lanzarme al mar desde un risco.
  9. Cobrar un cheque en el banco.
  10. Visitar la Casa Blanca. 
  11. Cocinar un pavo para mi familia. 
  12. Reírme hasta llorar (o hacerme del baño).
  13. Explorar la selva del Amazonas. 
  14. Perderme en algún lugar desierto y sobrevivir. 
  15. Ver la película más mala del mundo y reírme de ella. 
  16. Participar en la producción de una película de Hollywood. 
  17. Ganar un torneo de básquetbol. 
  18. Ser maestra por un día. 
  19. Comprarme un Bugatti Veyron. 
  20. Escribir un libro malo y después uno bueno.  
  21. Correr 1 kilómetro sin parar. 
  22. Caminar por la carretera.
  23. Bungie-jumping. 
  24. Hitch-hiking. 
  25. Conocer a un camionero. 
  26. Tener una hija adoptiva. 
  27. Casarme en las Vegas. 
  28. Divorciarme en las Vegas. 
  29. Apostar en una carrera de caballos. 
  30. Ir al Golfo de México. 
  31. Vivir la vida de un pobre por un mes. 
  32. Ir de campamento a un lugar fuera de México. 
  33. Ir a Estados Unidos y ver el Empire State. 
  34. Subirme a una montaña rusa súper rápida y vomitar al final. 
  35. Dejar que me caminen dos arañas por los brazos. 
  36. Tocar la espalda de un alacrán. 
  37. Conseguir licencia para manejar motocicletas. 
  38. Comprarme una Ducati Monster o una 1084. 
  39. Ir a la Torre de Tokyo. 
  40. Trepar la Torre Eiffel a mano desnuda. 
  41. Trepar un árbol y quedarme ahí atorada. 
  42. Viajar en un camión de bomberos. 
  43. Viajar en una patrulla. 
  44. Que me pongan esposas en las manos. 
  45. Aprender a escupir fuego. 
  46. Aprenderme de memoria todos los estados y distritos de Japón. 
  47. Conocer a una Geisha. 
  48. Ir a un concierto de Mario Frangolis
  49. Participar en la producción de una caricatura. 
  50. Ser actriz de voz por una ocasión.
  51. Aprender a dibujar con lápiz profesionalmente. 
  52. Estudiar fotografía. 
  53. Estudiar el significado de los sueños. 
  54. Aprender a hablar italiano y griego como últimos dos idiomas. 
  55. Perfeccionar mi japonés. 
  56. Recorrer Europa en carro. 
  57. Quedarme en un hotel de cinco estrellas por tres noches. 
  58. Viajar en crucero. 
  59. Montar un camello.
  60. Montar un elefante. 
  61. Cruzar un río a pie. 
  62. Acariciar a un lobo. 
  63. Jugar Póker. 
  64. Aprender a pelear con katana. 
  65. Practicar kung-fu. 
  66. Fotografiar a un tiburón blanco. 
  67. Nadar con tiburones. 
  68. Nadar con delfines. 
  69. Tocar el lomo de una salamandra. 
  70. Atrapar y liberar a una rana venenosa. 
  71. Ver un wallabi. 
  72. Cantar en vivo. 
  73. Aprender a pararme de manos (ya casi). 
  74. Terminar mi entrenamiento de capoeira. 
  75. Ir a Dubai. 
  76. Viajar en tren. 
  77. Aprender a tocar la flauta. 
  78. Ir a una playa nudista. 
  79. Hacer reír a un soldado del palacio de Buckingham. 
  80. Patear un balón de fútbol americano bien. 
  81. Jugar al kinect al menos una vez. 
  82. Ayudar a parir a un bebé elefante. 
  83. Ordeñar a una vaca. 
  84. Tocar los cuernos de un toro. 
  85. Trabajar limpiando parabrisas en la calle. 
  86. Conocer a un tartamudo. 
  87. Ver hermanos siameses. 
  88. Experimentar un beso fuera de lo común. 
  89. Hacer una obra de caridad a una fundación importante. 
  90. Casarme en un estacionamiento. 
  91. Divorciarme en el mismo estacionamiento. 
  92. Cocinar avena que se quede pegada al plato. 
  93. Ayudar a una ancianita a cruzar la calle. 
  94. Encontrar a una persona cuyo número de seguro social sea de tres dígitos. 
  95. Explorar los restos de una civilización antigua. 
  96. Entrar a un quirófano. 
  97. Participar en un evento de magnitud internacional. 
  98. Salir en un comercial de cine. 
  99. Hacer un comercial de radio. 
  100. Modelar para una revista. 
  101. Romper algún récord. 
  102. Conocer a la Reina Isabel.


Cinco teorías y pensamientos que yo uso como principios

Aunque no lo crean, la mayoría del tiempo que estoy despierta, reflexiono mucho sobre distintos temas. Soy una pensadora; me gusta desconectarme del mundo y dejar que mis ideas fluyan. Puedo pensar sobre cualquier cosa dependiendo del contexto que me rodea. Como fruto de estos largos  momentos de reflexión, he logrado establecer cinco teorías que siempre aplico a mi realidad material. A continuación, presentaré y explicaré estas teorías.


  • Teoría de la hipocresía. Mi teoría sobre la hipocresía es que es necesaria en la vida diaria para proteger el orden por el cual se rige la sociedad. La hipocresía es pretender que se tiene un sentimento o pensamiento positivo contrario a lo que de verdad se experimenta. A pesar de que muchas personas opinen lo opuesto, es absolutamente válido utilizar la hipocresía como una forma de prudencia y, en cierta forma, educación. Claro, también hay que saber usarla. Para que pueda funcionar bien, tiene que ser universal, no exclusiva. Una persona que utiliza la hipocresía sólo con un grupo de personas y es abierta con el resto se arriesga a ser descubierta y ser tachada de hipócrita, lo que, curiosamente, a nadie le gusta. 
  • Teoría de la relatividad. Esta teoría es la base de todo mi pensamiento y acto. A lo largo de mi corta e insignificante existencia he descubierto que incluso la verdad puede ser relativa hasta cierto punto. Todo concepto, aspecto o cualidad tiene una variable. Todo puede ser medido desde diferentes puntos de vista. Incluso el mal puede ser visto como bien de acuerdo a ciertos criterios. Esto lo aprendí con ayuda de mi familia y unas cuantas amigas mías. 
  • Teoría de la honestidad. Mucha gente dice que la honestidad es como la vida: la tienes o no la tienes, no hay de otra. Relativamente, yo estoy de acuerdo. Uno no puede ser completamente honesto en su vida, ya que se arriesga a lastimar a otros. Es cierto que la verdad es siempre la respuesta más efectiva a una problemática, pero eso sólo hasta el punto en el que alguien puede llegar a ser herido por ella. Como una bala, la honestidad puede llegar a matar sentimientos e ilusiones; la mentira puede servir de protección (pero sólo en ciertos casos). Entonces, así queda mi teoría: "Tanto la honestidad como la deshonestidad son armas potenciales. Vivir deshonestamente no necesariamente significa ser una mala persona."
  • Teoría de la vida. La vida es como la luna: un lado es oscuro; el otro, claro. Es justa en todo el sentido de la palabra. Esto es porque se forma a base de acciones y actitudes. Una persona hace su propia vida con las decisiones que toma día a día. Aunque es verdad que hay ciertos fenómenos que están fuera de nuestro alcance y que nuestras decisiones no pueden afectar, todo tiene una razón. Por esto, acepto las consecuencias de mis actos (de mala gana) y agradezco aquéllo que me he ganado limpiamente. No lucho por lo que no merezco y así me evito problemas. 
  • Teoría del amor. Personalmente, yo no creo en el concepto que la gente tiene de "amor verdadero". Actualmente las personas ignoran lo que es el amor de verdad y eso me molesta. ¿No es real el amor que siento por mi padre? ¿No es verdadero el amor que mi familia siente por mí? Las personas dicen que el verdadero amor viene de aquella persona de la que nos enamoramos, pero yo no creo en eso. La persona que se enamore de mí jamás me amará como lo hace mi familia. Soy y siempre he sido una niña muy amada, por eso nunca pondré a nadie por encima de mi familia. Ni mis amigos ni mis novios serán jamás las primeras personas en mi vida. El hombre de mi vida es mi padre; la mujer de mi vida, mi madre. La teoría final es ésta: "El amor verdadero es el que sienten las personas que te han conocido de toda la vida y nunca se han apartado de tu lado. El amor de un novio o un esposo jamás podrá superar eso."
Me queda claro que mis teorías no son aplicables a todo contexto. Por eso son MIS teorías y mis principios.  Además de esto, están sujetas a cambios con el paso de los años. Yo todavía no he vivido ni la mitad de lo que me toca vivir. Estoy registrando desde temprano todas mis ideas para poder compararlas con las ideas de mi futura yo.
 

martes, 4 de octubre de 2011

Crepúsculo

La saga de Crepúsculo vino al mundo hace unos años. Nació del sueño de una señora y se transformó en una de las novelas más famosas y conocidas por todo el mundo. Se hicieron películas de cada uno de los libros de la saga y se volvió un éxito total. Desgraciadamente, no es, ni será nunca, un buen libro.

Hace un mes tuve el no-placer de leer el primer libro de Crepúsculo. Ya he visto las primeras tres película, no tengo ni la más mínima intención de ver la última mierda (Amanecer) y es por esto que decidí leer al menos un libro antes de enterrar esta saga para siempre en los confines de mi infieron personal. Así pues, pedí el libro prestado de una amiga y comencé a leerlo casi inmediatamente.

Justo como tenía predicho, el libro no tuvo gran impresión en mí. De hecho, apenas leí el prólogo tuve la tentación de tirarlo a la basura, pero no lo hice por respeto a mi queridísima amiga. La primera página del libro indica lo que va a ser la escena final. Se supone que debería crear una expectativa para el lector, instarlo a leer todo el libro y averiguar qué pasa, pero fue tan corto y tan malamente narrado que más bien pareció un anunció del final del libro. ¡EXTRA, EXTRA: BELLA VA A SER ACORRALADA!

En fin, continuemos. La trama es, como se dice, inexistente. Como es popular en la literatura barata, lo único que podemos apreciar del libro son un montón de acciones independientes que no pueden ser relacionadas ni unidas en un todo. La mayor parte del libro está ocupada por diálogos inútiles y poco románticos entre Bella y su estúpido vampiro mascota, Edward. En general, no ocurre nada sino hasta el final, que es una extraña combinación de persecuciones sin sentido y Bella sacrificando su patética y avaloria vida por el bien de sus seres no-queridos.
  1. Personajes inexistentes. A lo largo del libro nos recuerdan una y otra vez que Bella es una despistada sin remedio y que camina con dos pies izquierdos; sin embargo, hay momentos en los que la autora se contradice magistralmente. Por ejemplo, Bella se da cuenta de detalles minúsculos sobre ciertos asuntos o de pronto salta desde un tercer escalón. Esto indica un enorme vacío en los personajes. Sus personalidades son fácilmente retorcidas para poder encajar con la "trama". Esto ocurre con varios de los personajes principales.
  2. Subtramas irrelevantes, detalles innecesarios y descripciones inútiles. Stephenie Meyer parece estar influenciada por lo que es la moda del "fanfiction". Ésta consiste en detallar muy detalladamente cada detalle de la historia (justo como lo escribí). El fanfiction popular actualmente consiste en describir cada escena, lugar y expresión facial de la historia. Es la convención aceptada hoy en día y a muchos lectores les agrada, pues les ayuda a desarrollar en su mente una imagen más clara de lo que es el contexto de la trama principal. Personalmente, al momento de leer, no me molesta, sólo que ignoro la gran mayoría de los detalles mínimos y me enfoco en lo que es relevante.
    Esto es lo que ocurre con el libro de Crepúsculo: detalles innecesarios, explicaciones de situaciones que no tienen nada que ver con el hilo principal de la historia y descripciones exageradas de objetos poco interesantes. Lo que está haciendo Stephenie es retrasar lo más posible el avance de su "trama" y llenar al lector de datos inútiles. Nos satura hasta el punto en que comenzamos a pensar que esta información es verdaderamente relevante cuando no lo es.
  3. Diálogos vacíos y sin propósito. La literatura de hoy está llena de diálogos sin sentido que los autores utilizan para "simular" un contexto que los jóvenes puedan entender; es decir, conversaciones random con las que los jóvenes se identifican, pero que no tienen utilidad en la historia. Escriben pequeñas conversaciones aquí y allá como relleno. Antes, cada pequeño diálogo tenía un propósito fijo y los que no servían de alguna manera para la trama. No existía la cantidad de diálogos de relleno que existe ahora.
    Crepúsculo es el epítome del dialogo de relleno. Tan exagerado está el problema, que uno ya no distingue lo que es verdaderamente importante para la trama de lo que no.
  4. Mensajes implícitos: feminismo, machismo, baja autoestima. La relación de Bella y Edward es una asquerosa combinación del macho controlador y la hembra sumisa. Bella no puede respirar sin el permiso de su novio, y en general la mayoría de sus acciones están basadas en conseguir la aprobación de los hombres a su alrededor. También, en cierto sentido, siente un cierto femenismo. Se la pasa comparando a su padre con una chica, pensando cosas como "No tendría que explicar este tipo de cosas a una mujer".
    Otro mensaje que es casi explícito a lo largo de toda la saga es la degradación del ser humano en comparación a un ser ficticio. Bella se compara muchísimo con sus amigos vampiros. Según ella, nadie es más hermoso que los vampiros, nadie es más inteligente que los vampiros, nadie es mejor que los vampiros. Este es un mensaje bastante ofensivo y resulta insultante, pero también es una analogía de la vida real. Los más populares, los de mejores recursos económicos, son mejores que el resto.


    Estos cuatro puntos son los peores defectos que encontré en el libro. Todavía queda mencionar los miles de errores de ortografía, redacción, traducción, edición y sintáxis que encontré desparramados en cada una de las páginas.
    NO recomiendo el libro por ninguna razón. No trae ningún beneficio, no es entretenido y es una enorme pérdida de tiempo.
    Calificación:
    Personajes: 2
    Trama: 0
    Narrativa: 0
    General: -345.


lunes, 3 de octubre de 2011

Linterna Verde

Okay, vamos a aclarar algo: Yo no soy lo que se dice una fan de los comics de DC, así que me sé muy bien la historia de Green Lantern. Me limito a las películas y, si se da el caso, a las versiones de caricatura que salen en Cartoonnetwork. El punto es que soy algo ignorante sobre estos asuntos, así que pido una disculpa a los que puedan ser fans. Honestamente, lo único que quiero hacer es dejar mi opinión sobre esta película. La verdad, fue una gran decepción.

Primero lo primero: los efectos especiales.
Desde chiquita me han fascinado las películas que tienen buenos efectos especiales. Cuando niña, no lograba distinguir los buenos efectos de los malos efectos, así que todas me gustaban. Ahora que ya soy grandota, lo primero que critico de una película son los efectos. En este caso, Green Lantern ha tenido la suerte de aprobar, aunque por unos pocos puntos de más. En particular, los personajes y los trajes me gustaron me gustaron mucho.

Lo segundo: las escenas de acción.
Las escenas de acción son las que más impresionan en una película de este tipo. Hoy en día, la mayoría de este tipo de escenas son débiles y carecen de importancia a la trama principal (si es que existe tal cosa). Desgraciadamente, Linterna Verde sufre de ese pequeño detalle, pero sólo en una o dos escenas, así que logra sobrevivir esa prueba.

Lo tercero y lo más importante de todo: la trama. 
Uff. ¿Cómo empezar? Bueno... Estoy decepcionada. Linterna Verde se veía prometedora. Las escenas, los efectos... Todos prometían algo emocionante. Pero, al final, resultó ser una decepción total. Parece que la gente ya no sabe lo que es una verdadera historia. Las acciones no siempre lo son todo. En tanto sean importantes, pocas acciones pueden hacer una trama rica y profunda. Esta película está llena de sucesos que la verdad no tienen ninguna importancia, porque no hay una trama que las sostenga todas. Lo único que hay son pequeñas tramas independientes la una de la otra que no se relacionan. No hay nada que las una.



Es por esto que Linterna Verde queda marcada como otra película del montón. La recomiendo por diversión, en caso de que al lector le gusten las escenas de acción sin sentido.
Calificación: 5